
Last Updated on 15 enero, 2023 by Joaquin
Diego Cifuentes señala el último arbusto de coca que queda en un campo abierto. Uno de los muchos trabajadores migrantes que abandonó su Venezuela natal para buscar trabajo en las selvas del Guaviare, Cifuentes no quiere un retorno al pasado cuando una libra de pasta de coca de una plantación costaba$ 2 millones de pesos en el mercado abierto. D estos $ 500,000 pesos eran entregados a grupos armados ilegales en forma de un «impuesto de transporte». Sin embargo el turismo en el Guaviare se ha hecho un lugar. Les contamos de qué se trata:
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Cultivo de Coca, el triste pasado del Guaviare
Al examinar las hojas secas del cultivo ilegal, Cifuentes comenta: «Apenas hay suficiente para hacer una taza de té ahora.»
Cifuentes es un agricultor de 46 años que cree que las alternativas agrícolas legales podrían alimentar a todos en Colombia. «Una hectárea de yuca en el Guaviare puede producir hasta 40 toneladas por mes», dice Cifuentes caminando entre la hierba silvestre para inspeccionar otro cultivo alternativo a la coca. Pero, las gavillas de maíz casi se han secado. «No es el cambio climático, sino el resultado de la ‘presencia del estado’ en el área».
Esto lo afirma haciendo alusión a la fumigación del aérea con glifosato. Esto convirtió gran parte de este campo cultivable en un tazón de polvo. «Tomará años para que el maíz vuelva a crecer», dice.
Guaviare, un paraíso natural
El departamento de Guaviare en el sureste de Colombia abarca grandes franjas de la selva amazónica y la formación rocosa del Escudo Guayanés. Es una región fronteriza que contrasta con la agroindustria intensiva del cercano Meta. Especialmente con su extensión de plantaciones de piña y palma africana.
En Guaviare, el río que da nombre al departamento, sigue siendo la única forma en que las personas pueden moverse entre una comunidad y la siguiente. También lo usan para llegar al mercado en la capital departamental, San José.
Un camino pavimentado que se extiende 380 kilómetros hasta Villavicencio y al interior del país es una de las impresionantes maravillas de la infraestructura de la región. Sin embargo, solo hasta hace poco las personas empezaron a practicar el Turismo en el Guaviare. Lo anterior debido a que era una zona con una alta presencia guerrillera. Aún así, todo esto parece haber cambiado.
Opciones del Gobierno para la restitución de Cultivos Ilícitos
Para legar desde el puesto fronterizo donde vive Cifuentes, hasta San José, espera un recorrido de 3 horas por el río. Esto hace que, como afirma el agricultor, cualquier posibilidad de ver dinero del gobierno por la sustitución de cultivos sea fútil y costosa.
Según el Acuerdo Final firmado entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en noviembre de 2016, el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos – PNIS – da derecho a los cultivadores de coca a tener acceso al crédito y un pago en efectivo de aproximadamente $ 36 millones pesos (US $ 12,000). Estos repartidos en dos años para asegurar la subsistencia básica si voluntariamente erradican sus cultivos ilegales. Pero, los pagos se han enfrentado a serias demoras, y de acuerdo con Cifuentes, para muchos, el dinero gastado en comprar gasolina para alimentar un barco, más los gastos adicionales en la ciudad, simplemente no es una buena propuesta comercial.
Turismo en el Guaviare
La estigmatización de la zona ha sido un gran reto a vencer en el proceso de incentivar el turismo en el Guaviare. Esto se debe a que es considerado uno de los lugares más peligrosos de visitar en el Mundo.
Sin embargo este territorio inexplorado de la Amazonia y la Orinoquia ha comenzado a adoptar el ecoturismo como una fuente de ingresos sostenible. Al ofrecer paseos ecológicos, observación de delfines y opciones de observación de aves a extranjeros, Cifuentes se ha unido a un creciente grupo de guías ecológicos.
Autodidacta en los caminos de la jungla y con ganas de compartir su conocimiento sobre el Manatí. Este es un mamífero que a menudo se vende como una atracción turística, pero rara vez se ve en los remansos del Guaviare. Por este motivo hombres como Cifuentes están abriendo sus hogares a los extranjeros .
Recorrido turístico por el Guaviare
Después de un abundante caldo de pollo y refrescos, Cifuentes invita a un puñado de turistas a nadar con las «toninas» de nariz larga.
Es la tarde y la laguna Damas del Nare refleja un inmenso cielo azul. Cuando las cigüeñas blancas salen del espeso dosel de árboles, el primero, de al menos siete delfines, emerge. Nuestro guía alienta a cada pasajero a deslizarse suavemente en las plácidas aguas desde el borde de la canoa.
En cuestión de minutos, estamos flotando en un estado elevado de euforia mientras los delfines empujan nuestros tobillos y se meten entre nuestras piernas. La afirmación de Cifuentes de que Damas del Nare es el «Edén de delfines» se complementa con esta experiencia. Y, aunque somos cebos para el turismo, en las maravillas del Guaviare corremos la voz, al menos en nuestra canoa.
La noche se instala en San José. Un escuadrón de buggies cubiertos de barro se detiene frente a nuestro hotel, cerca de la base militar. Los conductores, que han iniciado un rally de fin de semana, emergen de sus cápsulas de goma con ropa protectora. Esta imagen nos recuerda un poco a los agentes de la DEA que solían trabajar en esta area, en contra del narcotráfico.
Finales de los noventa y ecoturismo en Guaviare
El avance de las FARC en los Llanos Orientales se hizo a finales de la década de los 90. Lo que los llevó a internarse en el corazón del parque nacional más grande de este país. El Parque Nacional Chiribiquete.
Esta escarpada formación rocosa tiene una inmensa diversidad biológica. Está situada a pocos días por el río al sur de San José, sigue estando fuera del alcance de los forasteros. Esto debido a que el terreno es peligrosamente traicionero.
Ahora el Guaviare enfrenta una nueva problemática. Sin las FARC haciendo presencia en el Chiribiquete, los mineros ilegales han comenzado a invadir esta maravilla natural. Potencialmente destruyendo el hábitat del jaguar en peligro de extinción. También amenazan algunas de las antiguedades de comunidades ancestrales no vistas.
Los visitantes de Guaviare pueden al menos apreciar pictografías de hace 10.000 años. Esto en una montaña que mira hacia Nuevo Tolima. Un corregimiento de una hora de San José.
Los nombres de los lugares que salpican el paisaje del Guaviare se están convirtiendo en sinónimo de turismo de aventura. Para aquellos que recuerdan el pasado reciente de este país, las FARC siguen siendo un enemigo a reconciliar. Afortunadamente la guerra le ha dado paso al turismo. Así que no te pierdas de esta maravillosa aventura natural.